sábado, 9 de julio de 2011

A sólo dos minutos del batacazo


En uno de los mejores partidos de la Copa América, o sino el mejor, Brasil amargó a Paraguay sobre el final y determinó un empate casi inmerecido.
Brasil arrancó en busca de manejar el balón durante todo el trayecto del encuentro, pero se encontró con un Paraguay que lo sorprendió futbolísticamente y, más aún, tácticamente: presionó de manera espectacular a la defensa y el mediocampo “Verdeamarelo” que durante los primeros veinte minutos no podía avanzar, ni pisar el área de Justo Villar, que hasta el momento era un espectador de lujo. Debido a esa presión, Paraguay sufrió mucho el desgaste de sus jugadores y como ya se sabe, un equipo no puede presionar durante todo el transcurso de un encuentro de manera continua. Ese fue el punto fundamental, en donde un desgaste enorme determinó la apertura del marcador para Brasil, que parecía encontrarle de a poco la vuelta al encuentro.
En el complemento, ya Brasil no era presionado y tenía muchos más espacios para empezar a liquidar el cotejo. Paraguay no se quedaba atrás: metía e intentaba encontrar en alguna jugada aislada la igualdad, lo que finalmente sucedió y dio un cambio rotundo al partido.
Brasil ya no podía manejar la pelota y no encontraba la manera de meterse nuevamente en el encuentro. Paraguay presionó y presionó, y tanta coacción determinó la vuelta al marcador merecida hasta el momento, tras un rebote en la panza de Haedo Valdéz.
Cuando todo parecía consumado, porque Paraguay se floreaba, manejaba la pelota y encima lo tenía para liquidar, un grande despertó, como ya es costumbre con estos equipos. De ningún modo hay que pensar que un partido está terminado y más cuando es Brasil el equipo de enfrente. En una de las últimas pelotas de la tarde, gracias a su delantero Fred, encontró un punto que parecía inalcanzable, en un partido muy emotivo y con un final impresionante, que dejó amargado a Paraguay y más que nada una gran verdad: ya no hay equipos que hagan la diferencia con tan sólo su nombre y sus figuras.

jueves, 7 de julio de 2011

Checho, ¿Éste es tu Barcelona?


La Argentina nuevamente volvió a dejar sorprendido a todo el mundo futbolístico. Pero lo que no sorprende es porque no llega la victoria (esos tan ansiados tres puntos) y ni los goles, a pesar de terminar jugando un partido con 4 delanteros. Lo que pasa es que éste equipo no juega a nada y pareciera que ni sabe como jugar al fútbol.
Batista muchas veces dijo que el estilo de juego que quiere para la Selección es como el del Barcelona de España, nada más ni nada menos el mejor equipo del mundo. Pero ese juego nunca va a poder llegar a concretarse. Primero, porque un equipo nunca puede jugar igual a otro, ya que los jugadores no son los mismos y por ende es muy difícil llegar a ese fin. Segundo, Messi no juega en la misma posición que en el Barcelona, arranca atrás de mitad de cancha a buscar una pelota que encima pareciera que se la dan mal apropósito. Y tercero, éste Barcelona del que tanto se habla nunca se fue silbado de un campo de juego.
Indiscutiblemente Messi es el mejor jugador del mundo, pero el equipo argentino no puede jugar para él. Cuando se saque esa patente que tienen, de que el equipo es "Messidependiente", no se va a jugar mejor al fútbol, se va a jugar al fútbol directamente y le van a quitar la presión que tiene ese jugador de apenas 24 años, que hace lo que puede y se lo ve fastidioso casi todo el encuentro. Messi en estos dos partidos nunca tuvo un jugador al lado de él para tocar la pelota: Tévez la agarra, no la devuelve y siempre va al choque; y Lavezzi la agarra y corre por la banda como si estuviera compitiendo en los 100 metros llanos. Si cada uno juega por su parte, la verdad va a ser muy difícil de que hasta éste equipo logre clasificar a los cuartos de final.
Lo único que se sabe por ahora es que el equipo titular que hoy vistió la camiseta albiceleste no puede repetirse para el próximo partido decisivo, en donde la Argentina deberá ganarle si o si a Costa Rica para clasificar a los cuartos de final, ya que los jugadores demostraron que aunque son la Selección más cara de ésta Copa no dejan de decepcionar a todos, y encima ahora dependen de Bolivia para ver si pueden clasificar en el segundo lugar del grupo, algo verdaderamente lamentable.

domingo, 3 de julio de 2011

Debut exitoso, sin lucirse demasiado



Desde el comienzo del partido la Selección colombiana intentó ser el protagonista de la tarde de Jujuy: llevaba adelante la iniciativa del partido, pero no podía penetrar una defensa que esperaba sin ningún apuro. Costa Rica se cerró muy bien defensivamente y tuvo hasta alguna chance para inquietar el arco cafetero. El plan le venía saliendo a la perfección a Ricardo Lavolpe, hasta que un hecho marcó el destino de su equipo: la expulsión a los 27 minutos del cotejo de Brenes, algo que su Selección nunca pudo llevar adelante.
A veces, con un hombre de menos se puede hasta ganar un partido o terminar igualando, pero éste hoy no era el caso: Colombia lo aprovechó de la mejor manera para ponerse en ventaja, algo merecido hasta el momento.
Después, fue más de lo mismo y las figuras del conjunto de Bolillo Gómez se impusieron a los juveniles costarricenses, que veían como su arco en cualquier momento podía llegar a ser derrotado nuevamente. Colombia atacó y atacó, pero se encontró con otra defensa, el arquero Moreira. Del uno a cero podría haber pasado al tres a cero tranquilamente, pero no fue así y los goles quedarán para otro partido, como el juego y el buen pié que algunos espectadores se quedaron con ganas de ver. Pero a esta altura lo único que importa es que con éste triunfo la Selección colombiana se subió a lo más alto del grupo A, tras el empate inesperado de Argentina con Bolivia, y buscará el día miércoles contra el equipo de Sergio Batista la clasificación a los cuartos de final de la Copa América.