lunes, 29 de abril de 2013

Campeón de Campeones


Sergio Maravilla Martínez demostró, y más que nunca, en esta pelea que es un campeón con todas las letras.
Se sabe en el boxeo que el retador del dueño de un cetro arranca por debajo en un combate, por eso más que nunca demostrar actitud de campeón es uno de los puntos fundamentales de este bello deporte. Claramente eso no fue lo que hizo Martin Murray a lo largo de los 12 asaltos, sino todo lo contrario.
Esta clarísimo que el centro del ring, gran parte de la pelea, fue dominado por el inglés, pero solo eso no sirve. Murray se agazapó y en todo instante Sergio Martínez busco la manera de que su rival entrase en confianza para que diese marcha atrás con esa defensa tan cerrada e innecesaria a la vez, la cual no le servía a ninguno de los dos para cumplir con su cometido y simplemente destruía el espectáculo.
¿Cómo se puede pretender que el campeón sea un peleador que nunca se decidió a destronar a su contrincante?. 
La definición de campeón sugiere al verbo destacarse. ¿Murray se destaco ayer?. Usted me dirá: -¡Sergio tampoco!-. y eso es verdad también. Pero la gran diferencia es que Sergio ya se destaco en la pelea que se tenía que destacar; donde recupero ese cinturón que fue quitado en un escritorio y no en un ring, como mandan los libros (porque saben que arriba del ring no lo pierde "ni a palos"); y por si fuese poco, dando una clase espectacular de boxeo.
¿Todavía me van a decir que le robaron la pelea a Martin Murray?, él solo la perdió: nunca estuvo a la altura de un retador. Nunca subió a ganar y eso no es ser campeón, ni merecer serlo.
Campeón hay uno solo y quedo demostrado el sábado.
Sergio Maravilla Martínez, Campeón de Campeones.